La Vieja Mujer De Blanco
Transcurría otro tranquilo verano en el pequeño poblado de Puelen, ubicado al suroeste de la provincia de La Pampa. Mi primo y yo nos juntamos a tomar mate a la tarde, conversar y pasar el rato a la sombra para refugiarnos del sol abrasador. Entre tanto, surge la idea de juntarnos a tomar algo por la noche.
Luego de la cena, me dispongo a preparar un jugo y tomarlo afuera mientras. A eso de las 12 cae llega mi pariente con un gancia. Al igual que en la tarde, entre trago y trago, conversamos.
Son las 2:30 de la madrugada, en un momento sugiere que vayamos a la escuela-hogar del pueblo, para caminar un rato. Preparamos un gancia en una botella cortada y partimos.
Son las 2:30 de la madrugada, en un momento sugiere que vayamos a la escuela-hogar del pueblo, para caminar un rato. Preparamos un gancia en una botella cortada y partimos.
La única calle asfaltada e iluminada por antiguos postes de luz generan una postal tenebrosa, pero soportable. Una vez llegados al recinto, comenzamos a beber, y en eso el me dice:
-Sabias que en el escenario (dentro de la escuela, estábamos en la entrada -del lado de afuera- y podíamos ver la parte de atrás) aparece una mujer de blanco?
– Posta?
-Si! Mi tía trabajaba como serena en la escuela y me contaba que una vez pasó de noche cerca del escenario y vio la figura! .
-Sabias que en el escenario (dentro de la escuela, estábamos en la entrada -del lado de afuera- y podíamos ver la parte de atrás) aparece una mujer de blanco?
– Posta?
-Si! Mi tía trabajaba como serena en la escuela y me contaba que una vez pasó de noche cerca del escenario y vio la figura! .
Pues, yo, desafiando a mi primo, me paro y me pego a la puerta de vidrio para ver si consigo ver algo, sin conseguir nada. Entonces, retomamos la conversación:
-Ella me decia que…
“Siiii !!” Escucho claro a unos cuantos metros (no mas de 40), la voz parecía de una niña. Un escalofrío completo recorrió mi cuerpo.
-Escuchaste eso?-preguntó mi primo-
-Naaa deja, es una boludez, seguime contando de la vieja-dije yo tratando de disimular mi miedo.
Ya eran las 3:30 de la mañana, y en la calle solo estábamos nosotros. Tratamos de volver a charlar otra vez:
-Bueno, después de eso mi tía dijo que….
“Siiiiiii”! Volvemos a escuchar. Mi primo me mira:
-Escuchaste eso?!
-Un “si!” ?
-Que lo gritó una nena?
-y es la segunda vez que lo escuchas?
-s-si -responde pálido.
-Vayámonos a otra parte, No vayas a mirar atrás! -le digo yo mientras sentíamos una especie de persecución absurda.
-Naaa deja, es una boludez, seguime contando de la vieja-dije yo tratando de disimular mi miedo.
Ya eran las 3:30 de la mañana, y en la calle solo estábamos nosotros. Tratamos de volver a charlar otra vez:
-Bueno, después de eso mi tía dijo que….
“Siiiiiii”! Volvemos a escuchar. Mi primo me mira:
-Escuchaste eso?!
-Un “si!” ?
-Que lo gritó una nena?
-y es la segunda vez que lo escuchas?
-s-si -responde pálido.
-Vayámonos a otra parte, No vayas a mirar atrás! -le digo yo mientras sentíamos una especie de persecución absurda.
A pocos metros de la escuela hay una iglesia católica, y fue ahí donde nos refugiamos hasta que amaneció.
Con el tiempo, la crisis económica comenzó a acercarse a su entorno familiar, hasta el punto que tuvo que reducir sus horarios libres y encontrar un trabajo con el que contribuir a la economía de su hogar. Por lo tanto, empezó a visionar todo tipo de programas television los que se ofrecía trabajo con el objetivo de lograr uno para subsanar su situación.
Una tarde de miércoles, mientras sus hijos se encontraban realizando las tareas que sus profesores les habían encargado para dentro de unos días, encontró una cadena que no había visto nunca antes y le gustó, porque en ella se ofrecían puestos de trabajo sobre todo, enfocados a mujeres de mediana edad. No obstante, un anuncio llamó particularmente su atención porque ofrecía una gran cantidad de dinero por prestar servicios destinados al cuidado de una persona de edad avanzada.
Juan, como no podía ser menos, anotó el teléfono de aquel anuncio para llamar al día siguiente por la mañana.
El mensaje de television
Juan era una ama de casa que vivía en un poblado de poco menos de 7.000 habitantes de la ciudad de Palma, y como hacía prácticamente cada día de su vida, se levantaba temprano conjuntamente con sus hijos para desayunar juntos y acompañarlos a la escuela.
Con el tiempo, la crisis económica comenzó a acercarse a su entorno familiar, hasta el punto que tuvo que reducir sus horarios libres y encontrar un trabajo con el que contribuir a la economía de su hogar. Por lo tanto, empezó a visionar todo tipo de programas television los que se ofrecía trabajo con el objetivo de lograr uno para subsanar su situación.
Una tarde de miércoles, mientras sus hijos se encontraban realizando las tareas que sus profesores les habían encargado para dentro de unos días, encontró una cadena que no había visto nunca antes y le gustó, porque en ella se ofrecían puestos de trabajo sobre todo, enfocados a mujeres de mediana edad. No obstante, un anuncio llamó particularmente su atención porque ofrecía una gran cantidad de dinero por prestar servicios destinados al cuidado de una persona de edad avanzada.
Juan, como no podía ser menos, anotó el teléfono de aquel anuncio para llamar al día siguiente por la mañana.
A la mañana siguiente, la mujer se levantó e hizo lo propio con sus hijos, preparó el desayuno y se sentó en la mesa con ellos, para llevarlos al colegio unos minutos después. Posteriormente, agarró el teléfono y decidió llamar a la oferta que había escuchado. Sin embargo, una música siniestra sonó al otro lado del teléfono, acompañada de una voz bastante singular.
Tras unos instantes de conversación, la citaron en un hotel de las afueras de su ciudad para realizar la entrevista al día siguiente, a eso de las 6 de la tarde. Ese día, ella estaba muy contenta porque pensaba que finalmente, había logrado un puesto de trabajo que podría ayudarle, pero no sabía lo que sucedería.
En el día de la entrevista, Juan se subió al autobús para acudir al lugar donde la habían citado y estuvo allí incluso unos minutos antes de llegar la hora acordada, porque no le gustaba que la esperasen. Tan solo 5 minutos después, una pareja llegó al sitio, se presentó y entraron en una habitación para la realización de la entrevista pactada.
Al finalizar, le dieron una tarjeta en la que ponía aceptada y entonces, se dirigió a su casa, pero al girar una calle, la agarraron fuertemente del brazo y subieron a un coche.
Juani, ahora trabaja en una fábrica más de 15 horas diarias por un salario realmente bajo.
A las afueras de Tijuana corría el rumor bastante recurrente de la existencia de una casa en la que habitaba una bruja. Aunque esto causaba un tremendo miedo para multitud de lugareños, no ocurría para nada lo mismo en el caso de infinidad de turistas que querían visitar el lugar.
Una joven guía, ofrecía la opción de conocer el lugar. No obstante, nadie había conseguido verla y los que lo hicieron, nunca más volvieron a ser vistos.
Una pareja estadounidense procedente de Boston, decidió comenzar una ruta por diferentes municipios de México y entre ellos, una de las paradas prácticamente obligatorias, fue la de conocer esta hermosa ciudad.
Cuando la pareja llegó al lugar y se enteró de las noticias que eran contadas en cualesquiera de los bares por los que pasaban, comprendieron que tenían que ver con sus propios ojos aquella casa en la que, al menos aparentemente, habían sucedido extraños sucesos que resultaban inexplicables para la mayoría de científicos.
Emily, era la guía que con gusto acompañaba a los turistas que deseaban conocer la historia verdadera de la casa. De hecho, frecuentemente falseaba datos y añadía los que ella quería, para darle mayor notoriedad de la que ciertamente tenía el lugar. Sin embargo, tenía un horario que cumplir y no le gustaba quedarse por los alrededores al anochecer.
El día que los turistas contactaron con ella, era lluvioso, había una niebla que imposibilitaba ver que sucedía alrededor y ello generaba una sensación bastante siniestra de solo pensar el sitio en el que se encontraban y también, algunas historias que contaban de él.
La mujer que se llamaba Marian, empezó a sentir un gran pánico de solamente recordar algunas de las historias que le habían sido contadas tanto por las gentes del lugar, como por Emily y quiso marcharse del sitio, aunque su esposo la convenció para dar un paseo prometiéndole que no pasaría nada.
Mientras Emily estaba hablando por el celular con un compañero suyo, los turistas se adentraron en el bosque. Llegado un punto, la mujer del turista puso su mano sobre el hombre de su marido y éste la respondió igualmente. Sin embargo, al volverse para abrazarla se dio cuenta que era una mujer de otra época.
Pronto recordó las historias de la bruja y cómo ésta se había llevado a su mujer sin él percatarse. Rompió a llorar pero no brotaron las lágrimas de sus ojos porque no podía, trató de gritar pero le resultaba imposible y andar tampoco podía hacerlo. Entonces, cerró los ojos y aceptó sus circunstancias, había desafiado los consejos que les dieron por curioso y no podía hacer otra cosa.
30 minutos después, era el momento de reunirse de nuevo con los excursionistas, fueron llamados pero no aparecieron para regresar. Con la llegada de la policía al día siguiente, solamente hallaron sus carteras y mochilas.
La casa de la bruja
A las afueras de Tijuana corría el rumor bastante recurrente de la existencia de una casa en la que habitaba una bruja. Aunque esto causaba un tremendo miedo para multitud de lugareños, no ocurría para nada lo mismo en el caso de infinidad de turistas que querían visitar el lugar.
Una joven guía, ofrecía la opción de conocer el lugar. No obstante, nadie había conseguido verla y los que lo hicieron, nunca más volvieron a ser vistos.
Una pareja estadounidense procedente de Boston, decidió comenzar una ruta por diferentes municipios de México y entre ellos, una de las paradas prácticamente obligatorias, fue la de conocer esta hermosa ciudad.
Cuando la pareja llegó al lugar y se enteró de las noticias que eran contadas en cualesquiera de los bares por los que pasaban, comprendieron que tenían que ver con sus propios ojos aquella casa en la que, al menos aparentemente, habían sucedido extraños sucesos que resultaban inexplicables para la mayoría de científicos.
Emily, era la guía que con gusto acompañaba a los turistas que deseaban conocer la historia verdadera de la casa. De hecho, frecuentemente falseaba datos y añadía los que ella quería, para darle mayor notoriedad de la que ciertamente tenía el lugar. Sin embargo, tenía un horario que cumplir y no le gustaba quedarse por los alrededores al anochecer.
El día que los turistas contactaron con ella, era lluvioso, había una niebla que imposibilitaba ver que sucedía alrededor y ello generaba una sensación bastante siniestra de solo pensar el sitio en el que se encontraban y también, algunas historias que contaban de él.
La mujer que se llamaba Marian, empezó a sentir un gran pánico de solamente recordar algunas de las historias que le habían sido contadas tanto por las gentes del lugar, como por Emily y quiso marcharse del sitio, aunque su esposo la convenció para dar un paseo prometiéndole que no pasaría nada.
Mientras Emily estaba hablando por el celular con un compañero suyo, los turistas se adentraron en el bosque. Llegado un punto, la mujer del turista puso su mano sobre el hombre de su marido y éste la respondió igualmente. Sin embargo, al volverse para abrazarla se dio cuenta que era una mujer de otra época.
Pronto recordó las historias de la bruja y cómo ésta se había llevado a su mujer sin él percatarse. Rompió a llorar pero no brotaron las lágrimas de sus ojos porque no podía, trató de gritar pero le resultaba imposible y andar tampoco podía hacerlo. Entonces, cerró los ojos y aceptó sus circunstancias, había desafiado los consejos que les dieron por curioso y no podía hacer otra cosa.
30 minutos después, era el momento de reunirse de nuevo con los excursionistas, fueron llamados pero no aparecieron para regresar. Con la llegada de la policía al día siguiente, solamente hallaron sus carteras y mochilas.
El Monstruo
Esa noche, todo estaba bastante tranquilo, me preocupe; ya que mi familia tenía a ser muy escandalosa. Sin entender que es lo que pasaba baje las escaleras en busca de alguien, la cocina era un desastre, encontré los vegetales regados por todo el suelo, el agua estaba acabando de consumirse, mis oídos lograron escuchar el gran sonido de la televisión hablar sola. Al acercarme a la sala encontré rastros de una sustancia roja, corría desde el sofá hasta el estudio de mi padre, aguante el aliento, esto no era real; un sueño, uno absurdo donde poco a poco me volvía loca. Mi corazón palpitó cada vez más y más, y tras realizar un meticuloso análisis, mi cerebro decidió ir tras el rastro. Por más que buscaba lógicas; fracasaba, el miedo me ganaba, fue cuando un ruido llamó mi atención, un chasquido, deje de caminar por unos segundos, venia del estudio de mi padre, y no solo eso, avía otro rastro de la sustancia roja, que venía del patio trasero.
Trague saliva con gran dificultad, y me acerque a abrir la puerta del estudio, lo hice rápido, pero con los ojos cerrados.
Escuche el chasquido detenerse, cuando abrí los ojos lo vi, había creído que solo existían en mi cabeza, pero posiblemente me equivoque, me miro por un segundo, con sus ojos negros desorbitados, no se notaba ni un rastro de alma en ellos, mis piernas temblaron. Todo su cuerpo se comparaba con un roedor rasurado; y caminaba con un primate, su asquerosa legua latigueó de un lado a otro; dejo caer al suelo un pedazo de carne sangrante. Un escalofrío subió por mi espalda, era la pierna de mi padre, la reconocí por el extraño lunar que siempre presumió de parecerse a uno de sus cantantes famosos. Una lagrima corrió por mi mejilla, casi caía de rodillas, pero el ser horrendo dio dos pasos hacia mí, mis ojos se abrieron con horror al ver como abría la boca dislocando sus mandíbulas, tenía una fila de interminables dientes; tan afilados como los de un tiburón. Chillo tan agudo que tuve que tapar mis oídos, mi cuerpo se trabó, savia que tenía que correr, pero todo era tan horrible. Al tocar la pared del pasillo mire a todos lados,“el teléfono”- use toda mi fuerza de voluntad para correr a él, casi derribo la pequeña mesa de estar, tecle el 911 de manera desesperada, escuche el sonido de estar conectado la llamada, pero me percate de una sustancia goteando desde el techo, mis ojos se desbordaron en miedo,-sangre- arriba estaba ese ser infernal, -911, ¿cuál es su emergencia? – un grito desgarrador sano a través del teléfono, la mujer que recibía las emergencias quedó helada, un ruido de un chasquido, y algo que era desgarrado sonaba por la bocina, después de unos segundos la llamada se cortó.
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